miércoles, 1 de octubre de 2008

EDUARDO JAVIER CONTRERAS LINARES ALCALDE DE MOLINA DE SEGURA

INFORMACIÓN SOBRE LA ASAMBLEA DE VECINOS CELEBRADA EL PASADO DÍA 17 A PETICIÓN DE NUESTRO EXCENTISIMO ALCADE PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO DE MOLINA DE SEGURA EN EL SALON DE ACTOS DEL IES TADER .EL ARTICULO LO PODEIS LEER EN LA PAGINA WEB http://www.eduardcontreraslinares.es/ ¿Por qué él alcalde convoco solo a través de una asociación?
Esta reunión es, sin duda, una buena oportunidad, para exponer la posición municipal y la mía en concreto, respecto de la urbanización Conejos 1.Pienso que esa posición, que yo resumiría en resolver problemas existentes con el acuerdo de los vecinos y no tomar decisiones contra su voluntad, es suficiente clara al menos en los últimos 13 años. Me permitiréis una breve introducción, que servirá para reflejar mejor cuales son los criterios que yo utilizaría en esta situación en que aparecen posturas muy encontradas y en las que os aseguro que el mejor papel que puede hacer el Alcalde y el Ayuntamiento es el de mediador. En este periodo el Ayuntamiento, con la colaboración de los vecinos, ha acometido obras que han cambiado totalmente el aspecto de esta urbanización y se prestan, prácticamente, todos los servicios municipales (agua, alumbrado público, alcantarillado, etc. ) a cambio de las tasas pagan y que se fijan en las ordenanzas municipales. Como en cualquier otra zona de Molina. ¿Quién dice que eso tenga que cambiar? Espero que nadie. Sabéis que no siempre ha sido así y se han ido dando pasos desde aquella época que, incluso el agua, era gestionada por los propios vecinos con la enorme carga que eso suponía, sobre todo para las personas que se hacían cargo de ello y que no siempre tendrían la colaboración deseada. No tengo ninguna duda que gracias a vecinos que se echaron hacia delante se pudo ir avanzando poco a poco en los que fue el embrión de una Asociación de Vecinos dirigida por gente muy capaz y muy trabajadora. Gente que conocí muy de cerca y decidió asumir ese papel que hizo posible que una urbanización que no tenía prácticamente ningún servicio, pudiera ir mejorando en las condiciones que ofrecía a sus habitantes. Pero se llegó a un punto en que un muro impedía avanzar. Ya no se trataba del agua, o de algún servicio concreto. Se trataba, nada menos, que de acometer unas obras de urbanización en toda regla. Pasaron los años, y mientras discutíamos sobre si eran galgos o podencos, si la culpa era del Ayuntamiento o del promotor, ahí seguían las cosas estancadas en una urbanización que seguramente reúne las mejores condiciones de las que en Molina se cuentan, en cuanto a dimensiones de parcela y densidad. Ahora sería imposible pensar en un desarrollo así, no sería viable. El caso es que el proyecto no avanzaba. Era comprensible que ni siquiera fuera apoyado por dueños de parcelas sin edificar, que también tendrían que pagar por unas obras que ellos no disfrutarían, aunque incrementarían el valor de sus parcelas. Los vecinos hablaban entonces de constituir una entidad urbanística o cualquier otra figura jurídica que permitiera acometer las obras. Algunos, incluso pensaban que el Ayuntamiento podría hacer las obras y cobrarlas a los vecinos. No lo vi entonces prudente, pues no existía un apoyo mayoritario, o al menos yo no lo percibía, aparte de que en aquella época, otros problemas más graves requerían muchos de los recursos municipales. Esa era la historia de los Conejos I hasta 1.998. Entonces la Asociación de Vecinos, presidida por Pedro González hizo su trabajo y me convenció de que el proyecto ya estaba maduro y por lo que he visto después también convenció a los vecinos. Se impuso la razón que no la fuerza, pero fue fundamental el empuje de la Asociación, el compromiso municipal de un Ayuntamiento, que yo presidía y la voluntad de unos concejales que hicieron su trabajo. Hoy, con todos sus problemas, las obras son una realidad y si es cierto que se podría haber hecho un mejor proyecto, pienso que es preferible hacer lo que los vecinos piden y llegar al nivel que estos están dispuestos a pagar. Y aquí termina la introducción a que me refería al principio. Si algo queda claro en ella es que reconozco que no habría ido hacia delante sino hubiera habido una mayoría de vecinos detrás de todas las decisiones municipales, lo que por cierto no impide el derecho que estos tienen de criticar lo que no ha salido bien. Es decir, la Asociación de Vecinos de los Conejos ha sido la impulsora de una decisión municipal para dotar a esta urbanización de las infraestructuras correspondientes. En el punto actual, hay una división vecinal, como demuestra el hecho de que hay dos asociaciones. Parece que algunos piensan que el objetivo fundamental de la Asociación de Vecinos era hacer las obras y una vez conseguido esto, creen que la asociación debe de ser menos ambiciosa y ceñirse a las actividades que cualquier asociación realiza en cada barrio. Otros en cambio piensan el vivir en una urbanización de este tipo ofrece unas oportunidades que no se darían en otras zonas. Naturalmente entienden que son servicios extra y que por tanto no puede esperarse que los pague el Ayuntamiento. Creo haber resumido bien la situación actual. Solo falta añadir que la Asociación de Vecinos tradicional es la que está por ampliar esas actividades vecinales y la nueva Asociación, englobaría a los que piensan que ya está bien y no tienen porque embarcarse. Como es natural, los servicios cuestan dinero y los que pretenden introducirlos quieren que sean pagados por todos los que los disfrutan (todos los propietarios). Eso mediante una Asociación de Vecinos no es posible, donde el que no quiere pagar se da de baja. Y por eso piensan, como ya sucedió en el 92, que se podría constituir una entidad urbanística, para poder acometer esos proyectos. Estamos, pues, en una situación parecida a la de hace una década, cuando había gente a favor y gente en contra de acometer las obras de urbanización. Mi reflexión es, como entonces, que el que quiere cambiar el status, es el que tiene que conseguir una gran mayoría de apoyos para que el proyecto vaya hacia delante. Más claro: si alguien quiere promover una entidad urbanística y quiere tener éxito, no piense que eso lo puede hacer exclusivamente con una mayoría exigua, aunque sea legal, que sobre eso también hay opiniones distintas. Por tanto ya sabe el camino a seguir. En el último año son muchas las opiniones que me han llegado y yo creo que todas tienen su origen en las divergencias personales e incluso en lo que es una mala información sobre lo que el Ayuntamiento pretende. Adelanto que el Ayuntamiento hará, lo que hasta ahora ha hecho: colaborar con los vecinos. No tiene ningún interés en cargar a los propietarios con servicios que el propio Ayuntamiento debe de mantener, porque eso no sería justo, de igual modo que no sería justo que aquí se tuvieran que prestar servicios, no obligatorios y que otros ciudadanos de Molina no reciben. Un ejemplo podría ser la eliminación de podas o la fumigación de arbolado de particulares. Quede claro pues que el mantenimiento de los servicios públicos seguirá como hasta ahora porque presido un Ayuntamiento responsable, que no descarga sus obligaciones en los vecinos. Por tanto los argumentos que pueda haber en contra de una entidad urbanística, o cualquier tipo de asociación no deben de ser que el Ayuntamiento se vaya a desentender de los servicios que ya viene prestando. Es decir que los presupuestos de una entidad urbanística no tendrían porque ser superiores a los de una asociación, si no hay más servicios. Y para que los haya tiene que haber una decisión democrática de una mayoría que apruebe esos presupuestos. Un temor que he escuchado estos días, es el de gente que no quiera disfrutar determinados servicios, por mucha mayoría que esté de acuerdo. Estos piensan que en una entidad los pueden obligar a pagar y sin embargo en una asociación de vecinos no, porque se pueden dar de baja. Contra esto, solo se puede luchar creando un clima de confianza para que ningún vecino pueda querer excluirse del proyecto común.

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